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EL CATASTRO DE LA ENSENADA

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BIBLIOGRAFÍA 

 

 

"Respuestas Generales del Catastro de Santibáñez de Rueda", página www.de-leon.com

"El Catastro de Ensenada, magna averiguación fiscal para alivio de los Vasallos y mejor conocimiento de los Reinos 1749-175". 

 

 

Ed. Centro de Publicaciones y documentación. Ministerio de Hacienda.

"Según las Respuestas Generales del Catastro de Ensenada. Centro de Gestión Catastral y Cooperación Tributaria".

 

 

  Colección Alcabala del Viento nº 45 León 1751. Ayuntamiento de León.

 

 

 Tabapress. Grupo Tabacalera. Madrid 1992.

 

 
 

CATASTRO DE LA ENSENADA

 

El Catastro del Marqués de la Ensenada fue la averiguación y el registro por parte de la Corona de Castilla, en tiempos del monarca Fernando VI, (cuyo reinado duró entre los años 1746 y 1759) de todas las personas que habitaban dichos territorios, junto con sus posesiones, tierras, casas, rentas que pagaban y a quién se las pagaban, el número de sus ganados, e inclusive los préstamos hipotecarios que tenían que entonces se llamaban Censos.

 

¿QUIÉN LO REALIZÓ Y PORQUÉ?


El autor de estas averiguaciones fue el ministro Ensenada que tras hacerse cargo de la Real Hacienda, se encontró con que los gastos eran más cuantiosos que los ingresos, debido a dos factores fundamentalmente, por un lado las numerosas guerras que consumían gran parte de los caudales y por otro lado la forma de recaudación con intermediarios que hacían que llegase mucho menos dinero a la Corona del que les pagaban.

 

¿CÓMO SE REALIZÓ?


Dicha averiguación se realizó entre abril del año 1750 y el mismo mes del año de 1756. En Santibáñez de Rueda concretamente el catastro esta fechado el veintiséis de agosto de 1752.

Los responsables de cada unidad catastral (alcalde, regidores, capitulares...) debían responder formalmente a un interrogatorio de cuarenta preguntas que quedarían recogidas literalmente en el documento llamado Respuestas Generales.

No podía quedar nadie sin declarar y el mejor método para conseguirlo era ir en cada pueblo, casa por casa.

Se plantearon varios problemas en dicha recogida de datos, por un lado el grado de sinceridad de las declaraciones y las verificaciones eventuales de las mismas y por otro lado la resistencia pasiva, que en este caso correspondía al Clero, y es que no tenía la Iglesia ningún interés que se midiera su renta, que era bastante elevada y al mismo tiempo envidiada.

Cuándo se terminaba la recogida de datos, se realizaba su lectura en Concejo abierto y para ello se convocaba de nuevo a los vecinos y forasteros con bienes en el pueblo, por si alguien se sentía agraviado o consideraba que alguno de los datos propios eran incorrectos.

 

Podemos decir que el Catastro de Ensenada, fue sin duda, fundamental para conocer la historia social del siglo XVIII.

 

RESPUESTAS GENERALES DEL LUGAR DE SANTIBÁÑEZ DE RUEDA AÑO DE 1752

NOMBRE DEL PUEBLO, SITUACIÓN GEOGRÁFICA Y A QUIÉN PERTENECÍA


" En Santibáñez veinte y seis días del mes de agosto de mil setecientos cinquenta y dos año es el Señor Don Diego de Ulloa..."

Así es como comienza el libro de Respuestas Generales del Catastro de Ensenada, en referencia al lugar de Santibáñez de Rueda.

Toma las declaraciones el juez subdelegado Santiago del Valle, ante el Señor Don Diego de Ulloa, el clérigo José Francisco del Río, el alcalde Santiago del Campo, los procuradores generales del concejo de este lugar, Pedro del Campo y Pedro Thomés, los vecinos del pueblo Pedro Díez y Domingo Fernández, los subdelegados perpetuos Manuel de Villimer y Santos del Campo y los testigos Benito Díez y Francisco Sánchez Pérez, que declararon bajo juramento que Santibáñez es lugar de Señorío y pertenece a la Duquesa de Alba, que recibe cada año, diez fanegas y medía de trigo y cuatro fanegas y medía de centeno y trescientos nueve reales aunque declaran no saber en virtud de que privilegio lo obtiene y que a pesar de ser un lugar de Señorío no paga nada por el establecimiento del suelo.

La tercera pregunta es una de las más interesantes y nos permite conocer que territorio ocupa el término.

El terreno de Santibáñez, según estos escritos, se extendía del levante al poniente tres cuartos de legua y de norte a sur media legua y de circunferencia tenía dos leguas y media.

Y lindaría con los pueblos de Villapadierna al levante, San Bartolomé de Rueda al poniente, Pesquera al norte y por último limitaría al sur con dos poblaciones, Carbajal de Rueda y Palacios de Rueda.

FRUTOS, TIERRAS, CALIDADES, MEDIDAS, VALOR, ÁRBOLES

 

Los frutos que recogían en el término de este lugar en 1752 eran el lino, linaza, trigo, hierba, cebada y centeno.

Respecto a las tierras de labranza, las había:

De regadío, de primera y segunda calidad, que se sembraban de lino un año y al año siguiente de cebada ó trigo. 

Las tierras de regadío de primera calidad producían el año que se sembraban de lino, doscientas libras y siete fanegas de linaza (es el grano del lino) y el año que se sembraban de cebada, veinticuatro fanegas.

Algo menor era la producción en las tierras de regadío de segunda calidad, produciendo ciento sesenta libras de lino y siete fanegas de linaza, y el año que las siembran de trigo quince fanegas.

Cada fanega de lino la regulan a veinte reales, la de trigo y cebada a doce reales.

Las tierras de sembradura de secano podían ser de primera, segunda o tercera calidad y se sembraban de centeno.

También había prados de guadaña, con la misma clasificación que las tierras de regadío, los de primera calidad se segaban todos los años y producían dos carros de hierba y los de segunda calidad se segaban un año si y otro no y su producción eran de medio carro de hierba. su valor era de veinte reales de vellón.

Existían Las Eras para trillar pan y eran de tercera calidad. Con el término pan se está haciendo referencia a cualquier tipo de granos: trigo, centeno, cebada, avena... 

El monte de Santibáñez era de chaparrales de urce con algunos Robles altos y les regulan de utilidad tres reales de vellón en cada año, y la leña por razón de consumo les regulan en cada carga medio real de vellón.

Y por último también estaba el Soto, de Fresno y Balsas, que regulan de utilidades cada año medio real de vellón.

Respecto al plantío de árboles en Santibáñez, había Olmos, Negrillos y Chopos. Los Olmos Negrillos se encontraban plantados en tendidos por la tierra sin ningún orden, en un corro inmediato a la Iglesia y la utilidad que regulan en cada carga de tierra dichos Olmos es de sesenta reales de vellón

La medida que se utilizaba en este lugar para la tierra era de carga y fanega, cada fanega se compone de ochocientas estacadas y cada cuartal se compone de cuatro varas castellanas.

A la pregunta que número de medidas de cargas de tierra habrá en el Término, respondieron en Santibáñez que hay 695 cargas de tierra de las cuales:

· 10 cargas son de regadío y la tierra es de primera calidad.

· 20 cargas de regadío y la tierra de segunda calidad.

· 20 cargas de sembradura de secano y la tierra de primera calidad.

· 30 cargas de sembradura de secano y la tierra de segunda calidad.

· 90 cargas de sembradura de secano y la tierra de tercera calidad.

· 14 cargas de prado de guadaña y la tierra de segunda calidad.

· 1 carga de eras de trillar de tercera calidad.

· 500 cargas de monte de chaparrales de urce y algunos robles altos.

· Y 10 cargas de Soto de fresno y balsas.


ANIMALES, COLMENAS

 

Los frutos que recogían en el término de este lugar eran el lino, linaza, trigo, hierba, cebada y centeno.

El ganado que existía eran bueyes de labranza, vacas, yeguas, jumentos y jumentas, cerdos y cerdas, ovejas, carneros, corderos, cabras y cabritos y castrones y el esquilmo o beneficio que dejaba cada uno a su dueño al año era de 20 reales la vaca, 50 reales la yegua, 8 reales el cerdo, 5 reales la oveja, 2 reales el carnero, 1 real cada cordero, 3 reales si se trataba de una cabra, 2 reales el castrón, 1 real si es un cabrito, 10 reales cada jumento. 

 

El número de Colmenas era de sesenta y ocho, y se encontraban repartidas entre los siguientes vecinos: una colmena era propia de Domingo Fernández, con dos colmenas cada uno en propiedad, estaban los vecinos Santiago Pascual y Miguel Rebollo, tres colmenas tenía Domingo Thomés, y ya con seis colmenas había varios vecinos, Manuel de Villimer, Manuel Merino, Thomás Alonso y María Rebollo, ocho colmenas eran propiedad de Higelmo y por último don Matheo Rodríguez presbítero y Pedro Thomés que tenían doce colmenas por cabeza. El beneficio que dejaba cada colmena al año era de 12 reales.

 

DIEZMOS, PRIMICIAS Y VOTO DE SANTIAGO

 

Los diezmos eran los que se pagaba al clérigo del pueblo. Los frutos que se recogían eran el trigo, la cebada, el centeno y la linaza y diezmaban de cada diez fanegas una y si era lana o lino se diezmaba de cada diez libras una, y de cada diez corderos uno, y de las demás especies diezmables la cuarta proporción y la hierba no se diezma. Este lugar pagaba al año a su clérigo por el derecho de servicio ordinario y extraordinario 216 reales de vellón.

Las primicias eran las que recibía la Iglesia, y suponían una fanega de centeno por vecino que sumaban en total, veinticuatro fanegas de centeno al año, y por último el voto de Santiago que lo recibían los arrendatarios en nombre del santo, y ascendían a cuatro fanegas de centeno. 

 

POBLACIÓN Y OFICIOS

 

En cuanto a la población de Santibáñez de Rueda en agosto de 1752 había en el pueblo 39 vecinos y 37 casas habitables y una arruinada, que todos vivían en el casco del pueblo y nadie en casas de campo o alquerías.

Existía una Casa Hospital que servía para el tránsito de pobres y enfermos y tenía una carga de centeno en cada año y un censo de doce reales y medio de vellón de réditos cada año contra Bernardo Escanciano vecino de la Mata de Monteagudo.

Tenía el pueblo tres carpinteros, Froylan de la Mata, que recibía un jornal diario de tres reales de vellón, José Álvarez y Manuel de la Mata, cuyo jornal era de dos reales de vellón. Existían tres tejedores que se llamaban Manuel Merino, Jerónimo Merino y Agustín Merino, y su jornal diario era de dos reales de vellón; contaba también con un jornalero, que percibía diariamente de jornal dos reales de vellón; dos clérigos presbíteros, Don Mateo Rodríguez y Benito Díez y cuatro pobres de solemnidad

También existían en Santibáñez cuatro molinos harineros de agua, el primero era propiedad de Santiago del Campo, que muele con una muela y que esta situado en el casco de este lugar en el Arroyo que llaman de Arribas y lo que recibía al año de jornal era en especie al contrario que los demás oficios que ya hemos nombrado, que se les pagaba en moneda, este molinero recibía en cada año, dos fanegas de trigo y cuatro fanegas de centeno.

El segundo molino es propio de Miguel Rebollo que muele con dos muelas y está situado en el Soto y le regulan en cada año dos fanegas de trigo y tres fanegas de centeno.

Un tercer molino harinero de agua se encontraba situado en la era de este lugar en el Arroyo que se denomina del Valle y es propiedad de Francisco Albarao, y la utilidad que le regulan en cada año es de una fanega de trigo y dos fanegas de centeno.

Y por último el cuarto molino de Santibáñez de Rueda es propio de Mateo Rodríguez presbítero y Santos del Campo, que se hallaba situado donde llaman la campera y Arroyo del Valle, y la utilidad que les regulan en cada año es de una fanega de trigo y otra de centeno.

 

PROPIEDADES Y GASTOS DEL CONCEJO

 

Las propiedades que tenía el Concejo de Santibáñez eran:

 

· Una tierra de regadío de una fanega y cuatro celemines, que tenía en renta Nicolás del Valle y pagaba por ella dos fanegas de centeno.

· Una tierra de sembradura de secano de una fanega y cuatro celemines que tenía en renta Santos del Campo y que paga por ella ocho celemines de centeno.

· Otra tierra de sembradura de secano de tres fanegas que tiene en renta Manuel de Villimer y que paga por ella una fanega de centeno.

· Una tercera también de sembradura de secano situada en el Valle de ocho celemines, otra de diez celemines, otra de cinco celemines, otra de cuatro celemines y por último una de seis celemines que lleva en renta Pedro Díez y que paga por ellas ocho celemines de centeno.

· Un prado de guadaña en la Boca del Balcayo de dos fanegas que tenía en renta Pedro Díez y pagaba por él, seis reales de vellón.

· En el Soto tiene este Concejo varias tierras de una fanega y cuatro celemines que lleva en renta Manuel de Villimer y paga por ellas una fanega de trigo.

· Cuatro prados que hacen una carga y cuatro celemines.

· Unas eras de trillar de una carga.

· Un Soto de fresnos y balsas que hacen diez cargas.

· Una casa fragua que disfrutan los vecinos de este lugar sin utilidad alguna para el concejo.

· En dinero el Concejo percibe 86 reales y 29 más de vellón.

 

Los gastos anuales del Concejo ascendían a 136 reales de vellón, que estaban repartidos de la siguiente manera:

· 24 reales de vellón por la asistencia a letanías, misas y bautizos.

· 10 reales de vellón que paga al año al Hospital de inocentes y faltos de juicio de la ciudad del Vall.

· 30 reales de vellón que gastan en mandarla al frente común.

· 60 reales de vellón en papel sellado.

· 12 reales de vellón en la elección de justicia.

 

Como referencia para comprender mejor algunos datos expuestos, añadiremos que:

La unidad monetaria era el real de vellón.

Las medidas que se empleaban era la fanega que equivalía a 3 heminas, 12 celemines o 48 cuartillos.

La carga tenía 4 fanegas.
Una hemina de trigo pesaba aproximadamente 15,5 kilos y un poco menos si era de centeno o cebada.

Una arroba tenía 25 libras.